REGRESANDO EN EL TIEMPO
El primer lugar que entrará en el nuevo año es
Kiribati, una diminuta nación en
medio del Pacífico que ocupa una superficie de 800 kilómetros cuadrados y donde
viven 100 000 habitantes. Desde
el año 2000, cuando se hizo famosa por convertirse en el primer sitio del mundo
en saltar al siglo XXI.
Tras la república de Kiribati, el segundo lugar en
saludar al año nuevo serán las Islas
Chatham de Nueva Zelanda, otro pequeño archipiélago que se adelanta 45
minutos al resto de su país y, por su posición más oriental, tiene un huso
horario distinto. Justo después de Nueva Zelanda, el primer lugar de Eurasia
donde será año nuevo es la península rusa de Kamchatka. Pero las imágenes más
populares del fin de año más precoz nos llegarán de Australia y sus ya tradicionales fuegos artificiales sobre la
Opera de Sídney.
A continuación, Asia amanecerá a siguiente año,
pero la mayoría de sus países, y sobre todo China, se reservarán hasta el 19 de
febrero, el día del año nuevo lunar, que en esta ocasión es el de la cabra.
Los rusos serán los siguientes en adentrarse. Por
obra y gracia de los husos horarios, una familia de Andalucía o Navarra se
sentará a la cena de Nochevieja cuando la parte del globo que cae al este de la
Península Ibérica lleve ya una buena fiesta. Y, por esa misma regla de tres, el fin de año de Madrid o Barcelona
alcanzarán su plena efervescencia cuando en Nueva York, que está seis horas por
detrás, estén preparando la mesa. Tras una noche de farra, cava y matasuegras,
por supuesto vestida con ligas rojas
para traer buena suerte, muchos españolitos se estarán tomando los
churros con chocolate cuando el reloj de Times Square marque oficialmente la
llegada año nuevo a EE.UU.
Pero aún faltarán tres horas hasta que alcance Los
Ángeles, en la Costa Oeste, y cinco para que llegue a Hawái, el último lugar del mundo en celebrar la entrada del nuevo año
junto a un puñado de islas del Pacífico. A esa hora, ya habrá pasado casi un
día entero en Kiribati, donde serán las once de la noche y estarán a punto de
entrar en el 2 de enero.
Así de interesante se torna el año
nuevo, por la diferencia horaria y el cambio de fecha, puede ocurrir lo
siguiente. Supón que estás en Tokio el 31 de diciembre, celebrando el fin de
año, y al día siguiente, 1 de enero, abordas el avión para San Francisco, EUA.
Vas a llegar cuando es 31 de diciembre en ese lugar, y podrás celebrar
nuevamente la llegada del año nuevo.
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